jueves, 10 de junio de 2010

Kaddish

Para los cinéfilos, Leonard Bernstein fue el genial compositor de West Side Story, un musical de Broadway que sería llevado a la pantalla con clamoroso éxito. Para los melómanos clásicos, es uno de los grandes directores de orquesta del siglo XX, que elevó a la Filarmónica de Nueva York a sus más altas cotas de prestigio. Para los docentes, un genuino pedagogo de la llamada música culta para las masas a través de sus populares programas de divulgación televisiva en EE UU.

Pero Bernstein, Lenny para los amigos, fue también un compositor de piezas contemporáneas heterogéneas tirando a ampulosas, en su momento no demasiado bien recibidas por la crítica y ahora en proceso de revisión y recuperación.

Hombre de carácter volcánico, tuvo amantes masculinos desde muy temprano, lo que no fue óbice para que acabara casado con la chilena Felicia Montealegre, con quien tuvo además tres hijos. Pese a sus múltiples amoríos con varones, sólo en una ocasión y por apenas un año abandonó a su esposa al caer rendidamente enamorado del joven Tom Cothran.

Montealegre moriría en 1978, algo que al parecer afectaría profundamente a Bernstein. El director y compositor afrontaría la última década de su vida (moriría en 1990) con un ritmo de vida muy intenso no exento de contradicciones.

Es esta la época, la de los 80, en la que muestra un activo compromiso a favor de las personas con VIH, que se acentúa después del fallecimiento de Cothran por complicaciones derivadas del SIDA: organiza conciertos benéficos y brinda apoyo a la fundación amfAR.

Que sepamos, Bernstein nunca compuso ninguna obra directamente inspirada por la crisis del VIH/SIDA. Sin embargo, su tercera sinfonía de 1963, titulada "Kaddish" y creada en memoria del asesinado presidente Kennedy, suele asociarse al sentimiento de pérdida y desolación provocado por la pandemia, y no sin razón.

Kaddish es el nombre de una oración ceremonial judía que se invoca especialmente en recuerdo de quienes han dejado este mundo y como fuente de consolación para los vivos:

"Descienda del Cielo una paz grande, vida, abundancia, salvación, consuelo, liberación, salud, redención, perdón, expiación, amplitud y libertad, para nosotros y para todo Su pueblo Israel, y decid: Amén."

[fragmento; versión castellana: wikipedia]

Además del Kaddish tradicional en arameo que canta el coro, la sinfonía de Bernstein utiliza un texto en inglés en radical contraste, una verdadera imprecación a un Dios ininteligible:

"Are You listening, Father? You know who I am:
Your image; that stubborn reflection of You
That Man has shattered, extinguished, banished.
And now he runs free—free to play
With his new-found fire, avid for death,
Voluptuous, complete and final death."

"¿Estás escuchando, Padre? Ya sabes quién soy:
Tu imagen; ese obcecado reflejo de ti mismo
que el hombre ha hecho pedazos, ha agotado, ha desvanecido.
Ahora este hombre se siente libre, libre de jugar
con el fuego que acaba de descubrir, ávido de muerte,
de la voluptuosa, completa y última muerte."

[fragmento; traducción propia]

Difícil reflejar con más énfasis los sentimientos de rabia, desespero e incomprensión con los que a menudo afrontamos la muerte de un ser querido.

[Esta entrada esta dedicada a la memoria del doctor Roy Arad, israelí, pacifista, gay, seropositivo y activista del VIH; una bellísima persona y un buen amigo que dejó este mundo el pasado fin de semana por decisión propia; también está dedicada, como a Roy le hubiera gustado, a la memoria de todas las personas que han pérdido la vida en la búsqueda de una paz justa y duradera entre palestinos e israelíes. Por ti, Roy, Kaddish.]

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